“Chico por fuera, grande por dentro”. Esa fue la frase publicitaria que utilizó Volkswagen hace medio siglo para presentar al mundo un nuevo modelo que acabaría convirtiéndose en un ícono de su categoría: el Polo.
Cuando este vehículo compacto debutó en el mercado a principios de mayo de 1975, pocos podían anticipar que este coche de dos puertas, de dimensiones reducidas, alcanzaría un éxito comercial global, abarcando seis generaciones, numerosos premios, más de 20 millones de unidades producidas y posicionándose como un referente entre los autos del segmento chico.
El Polo representó desde sus inicios una forma de movilidad al alcance de todos. Los primeros ejemplares formaron parte de una nueva camada de modelos Volkswagen que marcaron los años 70, acompañando al Passat de 1973 y al Golf de 1974. Estos vehículos, impulsados por motores refrigerados por agua, venían a reemplazar a leyendas como el Escarabajo.
Lo que empezó como un simple utilitario de dos puertas fue transformándose y ganando variantes durante cinco décadas. El Polo fue coupé, deportivo (GTI y G40), familiar, crossover (CrossPolo), ecológico (BlueMotion) y hasta campeón del mundo en rallies (WRC), logrando cuatro títulos mundiales entre 2013 y 2016.
Cada evolución del modelo trajo consigo más espacio, mejor confort, motorizaciones optimizadas y nuevas tecnologías en materia de seguridad.
Todo esto hizo que el Polo se mantuviera siempre vigente, incluso con ediciones especiales como el renovado GTI con control de estabilidad desactivable, neumáticos de alto desempeño y un chasis ajustado para una conducción más deportiva.
Desde que comenzó su fabricación en Wolfsburg en 1975, el Polo fue ganando terreno y sumando centros de producción en países como España, Brasil, Argentina, China, India, Sudáfrica y Eslovenia. Con más de 20 millones de autos fabricados, es uno de los modelos compacto más exitosos de la industria automotriz a nivel mundial.
